Libros de ayer y hoy / Teresa Gil
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A cinco años de su aplicación, a las empresas vendedoras de alimentos les valió la advertencia de los sellitos negros en sus productos. Y todavía recurren a la Corte para que las proteja. Tienen amenazado a gran parte del consumidor y aún se quejan contra las autoridades de salud y económicas.
Se supone que la intención de los sellitos negros que se pusieron a los productos que tienen exceso de grasa, azúcares y sodio, llevaba dos mensajes: a los consumidores como advertencia y a las empresas para que modificaran sus productos.
A cinco años que esas peligrosas advertencias pululan por todas las tiendas de comestibles, los sellitos aparecen boyantes, como parte ya de las envolturas que contienen los alimentos que pueden ser destructores.
La gran mayoría de esos productos tiene los tres sellos.
EL PORCENTAJE DE CAMBIO EN LOS, PRODUCTOS, ES RISIBLE
A lo largo de estos cinco años los cambios han sido poco visibles. Y escribo como consumidora y me referiré como ejemplo a dos productos; yogurt y cereal.
Los primeros sin azúcar y grasa ocupan en el sector de lácteos, un espacio que no rebasa el 15 por ciento. En los años transcurridos no se vio ningún cambio substancial en la transformación del producto y por el contrario aumentaron los productos que contienen azúcares y grasas.
En el segundo caso quizá el 10 por ciento se modificó. Pero cuando eso ocurrió, se agrega la advertencia del uso de edulcorantes que afectan a niños y el precio se duplicó.
Podría ser lógico que al eliminar o disminuir ingredientes, el precio disminuyera, pero no es así. Eso demuestra que el industrial, productor o comerciante envuelve los productos en bruto para todo público, niños incluidos, y al disminuir el factor peligroso, grasa, azúcar y sal, le cuesta un poco. Eso lo lleva a duplicar el precio.
Debe tratarse de un gran esfuerzo dejar sano los alimentos.
DEBEN APLICARSE SANCIONES A EMPRESAS QUE NO MODIFICARON PRODUCTOS
Está por aplicarse otro cambio en las advertencias, en momentos en que pululan los amparos ante la Corte, para pedir que los sellos negritos sean eliminados porque impiden el consumo abierto.
En datos publicados en medios el 26 de marzo, se destaca que dos ministros, Yasmín Esquivel y Alberto Pérez Dayán, presentarán proyectos en estos días para que queden en la salvedad productos alimenticios que les sirvan sobre todo a los niños para su salud y desarrollo y se advierta de los más perjudiciales para evitarlos.
Los ministros mencionados con esos proyectos, sostienen que la Corte avala por constitucionales las reformas de la Ley General de Salud y la modificación de la Norma Oficial Mexicana NOM-051-SCFI/SSAI-2010, vigente desde el 27 de marzo de 2020. Lo que queda en el aire es si las empresas quejosas, entre las que se encuentran según la publicación, Herdez, Desde el Corazón del Fruto y Santa Clara Mercantil de Pachuca.
Entre muchas que tienen amparos, y todas aquellas que no modificaron sus productos en estos cinco años, serán sancionadas por las autoridades de salud.
Yo tengo a la mano un paquete de cereales de maíz de la marca libre Precíssimo de Soriana, que tiene dos sellos: Exceso calorías y Exceso azúcares, con mayúscula y abajo está el nombre de la Secretaría de Salud. Es de 500 gramos y cuesta alrededor de 30 pesos.
El de marca, que carece de sellos, está en una caja, tiene la advertencia para los niños, es de contenido menor y cuesta ¡casi 70 pesos!