Ramos Rivera dijo que hicieron tres tipos de pruebas; la primera fue para comprobar su efectividad y resistencia; “es muy resistente, uno puede preparar las probetas y en menos de 24 horas en que pusiste la mezcla de la resina, el catalizador y el vidrio, lo puedes desmoldar y tener una resistencia de entre el 80 y 90%. Un concreto normal tarda cerca de 14 días para tener del 70 al 80%”.
En la segunda prueba se utilizó una resina de cristal para explorar usos alternativos de muros que no son de carga y que podrían ser utilizados para los detalles arquitectónicos, dejar pasar la luz y ahorrar energía.
La prueba final se realizó para ver cómo podría utilizarse en señalamientos viales, tanto en la ciudad como en carretera, esto gracias a un compuesto químico luminiscente que se le agrega a la matriz polimérica.
“Imaginemos que, entre el machuelo o la barrera central existiera una loza de este material. Gracias a su luz ayudaría a visualizar la carretera, ver las curvas, tanto en el día como en la noche debido a su doble función de transparencia y fosforescencia. Nuestras pruebas dieron como resultado que la luz emitida por estos materiales es perceptible al ojo humano por períodos de al menos 12 horas y su tiempo de vida podría ser de cuatro años”, explicó.
Finalmente, el Dr. Oliver Mendoza Cano, profesor investigador y asesor de Enrique Ramos, invitó a los estudiantes a que se sumen a este tipo de investigaciones “para generar alternativas de materiales”, ya que “es nuestro deber darles las herramientas y oportunidades para hacer cosas en la Facultad y en otras instancias que beneficien a la sociedad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por su comentario, aporte y/o propuesta.