Parroquia de Dolores en Guanajuato, ahí se dio el grito en 1810

TECOMÁN, Col., 16 de septiembre de 2020.- Aquella madrugada del 16 de septiembre de 1810 era un día de fiesta litúrgica en la parroquia que celebraba a su patrona la Virgen de los Dolores. El padre Miguel Hidalgo, responsable del curato de este templo desde 1803, ya sabía que la conspiración independentista había sido descubierta, por eso convocó al pie de su campanario a los habitantes para unirse a la lucha por la Independencia de México.

Este es el hecho que llevó a la fama a la Parroquia de Dolores Hidalgo, municipio en el Estado de Guanajuato, conocido como la cuna de la independencia nacional.

Se sabe que la primera piedra del templo se colocó el 2 de febrero de 1712, cuando era cura Álvaro de Ocio y Ocampo, y se terminó de construir con estilo barroco churrigueresco hasta 1778. Se elaboró con cantera rosa. 

La portada, es decir, el ornato de la puerta principal, mide 30 metros de alto, y en la parte superior destaca un Cristo en su cruz, flanqueado por algunos santos.

En la parte superior de la fachada se encuentra un reloj. El templo cuenta con campanarios de tres niveles con sus arcos de medio punto. Su altura hasta sus torres es de 45 metros de alto.

En el interior están pintados los cuatro evangelistas, tiene varios altares de estilo neoclásico con columnas jónicas, y cuenta con dos retablos de nogal que abarcan de piso a techo, ricamente adornados con distintas tallas. El primero está dedicado a la Virgen de Guadalupe y el otro a San José, cuya importancia también es grande en el contexto de la exhortación del cura Hidalgo, pues él llamó al pueblo tocando precisamente la campana dedicada al santo.

El altar mayor se construyó en 1871, es decir, 50 años después de terminada la lucha por la Independencia, y en un nicho superior está la imagen de la Virgen de los Dolores, patrona de la ciudad. 

El coro cuenta con un magnífico órgano tubular.

En uno de sus muros hay una placa de bronce instalada en 1950, que dice: “desde este lugar arengó el Padre de la Patria al pueblo reunido en el atrio la mañana del 16 de septiembre de 1810”.

No muy lejos de allí, sobre un alto pedestal de cantera y mármol, hay una escultura en bronce del Padre de la Patria, con su estandarte.

Cada año, durante la ceremonia del Grito de la Independencia, el atrio y la plaza se llenan de júbilo con pobladores y turistas.

Algunas de las pertenencias personales se atesoran en el museo de la Casa del Cura Hidalgo, y en la parroquia se conservan los libros originales de fe de bautismo y de actas de matrimonio, en donde se puede apreciar la firma del Padre de la Patria.

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