Reiteró que una alimentación sana, balanceada y equilibrada permitirá mantener el sistema inmunológico en las mejores condiciones para responder ante cualquier virus, bacteria o enfermedad.
La coordinación estatal de Nutrición de la dependencia recomendó el consumo adecuado de verduras y frutas (tres tazas de verduras y dos de frutas) y de carnes blancas como pollo o pescado, y en menor medida de carnes rojas, así como el consumo regular de agua simple y la disminución en el consumo de alimentos alto en harinas blancas, refinadas, azucarados o de alto contenido de grasa.
Mencionó que entre los principales micronutrientes del sistema inmunológico se encuentran las vitaminas A, C y E, presentes en los alimentos mencionados. En este sentido, la variedad de colores y diversidad de alimentos es uno de los factores principales que ayudan a tener una buena alimentación.
Por eso, pidió aprovechar los alimentos de temporada invernal, entre ellos los cítricos (altos en contenido de vitamina C), minerales como zinc y selenio que están en alimentos de origen animal, y la vitamina D, cuya principal aportación es a través de la luz del sol (exposición en brazos y piernas durante 10 ó 15 minutos).
Estableció que una alimentación sana también es un buen descanso, un manejo adecuado de los niveles de estrés y la práctica de actividad física, que en conjunto van a mantener en las mejores condiciones posibles para combatir virus o bacteria que pueda atacar el sistema inmunológico.
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