lunes, 3 de abril de 2023

Tiene Colima gran distribución de especies de alacrán: investigadora


COLIMA, Col., 3 de abril de 2023.- ¿Comer alacranes nos vuelve inmunes a su veneno?, ¿colocar sal o ajo en la picadura evita que tengamos síntomas graves?, ¿todos los alacranes son venenosos?, ¿cómo distingo a un alacrán venenoso de uno que no lo es?.

Sobre estos temas habló la doctora Juana María Jiménez Vargas, investigadora de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Colima, en la conferencia: Poco veneno, ¿no mata?

El ecosistema y la ecología, dijo la investigadora, permiten que Colima tenga una gran distribución de especies de alacrán. Aunque no todos son venenosos, “al momento que nos pica un alacrán, el veneno tiene unos dispersadores que pasan las barreras de la célula, que cortan las grasas y el ácido hialurónico de la piel, generando pequeños caminos para que estos componentes conocidos como toxinas, se dispersen por todo el cuerpo; esto les permite llegar a unos receptores que se encuentran en las células, generando cambios sobre todo en el sistema nervioso y el sistema cardiaco y provocando cambios y alteraciones fisiológicas en el organismo que se pueden manifestar de diferentes formas”.

Los síntomas más leves por la picadura de un alacrán venenoso son un simple dolor en la zona de la picadura, escalofríos, sudoraciones, salivaciones y escurrimiento nasal, mientras que los severos se caracterizan por un entumecimiento, comenzando en la zona de la picadura y extendiéndose a distintas zonas en horas o minutos. También se pueden presentar problemas respiratorios, cardíacos e incluso la muerte si no se atiende a tiempo. Si la picadura fue por una especie no tóxica, sólo se sentirá un pinchazo y un pequeño ardor.

De acuerdo con la doctora Juana María, las especies tóxicas son aquellas de menor tamaño; sus pinzas y cuerpo son delgados, tienen rayas claras y oscuras, su cola es más alargada, sus segmentos son ovalados y tienen dos pequeños aguijones, mientras que los no tóxicos son de cuerpo grueso y corpulento, pinza gruesa, grandes, su cola es cuadrada y el último segmento presenta un aguijón.

Algunos síntomas que podrían ayudar a distinguir si el alacrán es o no tóxico es el adormecimiento y que la garganta se comience a bloquear; “en ese momento hay que correr al centro de salud: también podría ser el enrojecimiento en la picadura, aunque esto sucede muy poco”.

La investigadora hizo énfasis acerca de que la inmunidad al veneno del alacrán no existe, ya que hay personas que realizan diversas actividades para supuestamente crearla, por ejemplo, comerse un alacrán, colocarlos en alcohol e ingerir este líquido.

Otro de los mitos es que las personas de “aspecto o actitud fuerte”, no sólo no les hace daño el veneno, sino que además matan a los alacranes. El hecho de que éstos mueran explicó, se debe al gasto de energía que liberan.

Sobre si funciona machacar un ajo o hacer una especie de masa de sal con saliva y ponerlo sobre la picadura o incluso realizar un torniquete evita que siga avanzado el veneno, Jiménez Vargas dijo que no, e incluso la última opción puede ser contraproducente “porque ayudas a que el veneno circule mucho más rápido; ni siquiera hay que succionarlo”.

Tampoco es necesario llevar el alacrán al centro de salud, ya que una gran ventaja del antiveneno que existe en el país es que contiene información de las cuatro especies más tóxicas de toda la República Mexicana.

Finalmente, comentó que “hemos identificado en varias especies de alacrán que tienen actividades antivirales contra el SARS COV 2”

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